Las algas contienen aminoácidos que alisan las líneas de expresión y aportan luminosidad. Ricas en zinc y magnesio actúan como escudo protector de la piel frente a las agresiones externas. Facilitan el funcionamiento y la renovación celular. Su función antioxidante hace de ellas un activo antiedad natural.
Las algas ya eran utilizadas por el hombre hace siglos. Griegos, romanos y aztecas impulsaron su uso en diferentes campos como el de la cosmética. Aunque no fue hasta el Siglo XX en Francia cuando los primeros laboratorios investigaron más sobre sus propiedades cosméticas para la piel.
Las algas son ricas en oligoelementos, sales minerales, vitaminas y aminoácidos que sirven para mantener el buen aspecto externo de la piel, ya que son directamente asimilables por las células cutáneas.
Las algas son un grupo muy heterogéneo de organismos vegetales acuáticos que producen una enorme cantidad de oxígeno y son una fuente indispensable para la vida marina. Su uso debe ser siempre respetuoso y controlado.
