Cremas, sérums y mascarillas faciales con metales preciosos como el oro, que además de retrasar el envejecimiento, tensar y reafirmar la piel le aportan un brillo y una luminosidad dignas de los antiguos faraones. El oro, un lujo también por sus beneficiosas propiedades: favorece la estimulación celular, regenera la piel, mejora la circulación sanguínea e hidrata dejando la dermis luminosa.